La
enfermedad la produce el virus poliovirus. Se transmite de persona a persona
por vía fecal oral o a través de secreciones respiratorias.
Es una enfermedad muy infecciosa, pero se combate con la
vacunación. La enfermedad afecta al sistema nervioso central. En su forma aguda
causa inflamación en las neuronas motoras de la médula espinal y del cerebro y
lleva a la parálisis, atrofia muscular y muy a menudo deformidad. En el peor de
los casos puede causar parálisis permanente o la muerte al paralizarse el
diafragma.
Esta enfermedad fue muy devastadora pero ahora está
casi erradicada del hemisferio occidental.
Aproximadamente, el 95% de los casos, no produce ningún
síntoma.
Hay tres patrones básicos de infección
por polio: infección subclínica, no paralítica y paralítica. La mayoría de las
personas tienen infecciones subclínicas y es posible que no tengan
síntomas.
Los síntomas de una infección subclínica son la molestia
genera o inquietud, dolor de cabeza, garganta enrojecida, fiebre leve, dolor de
garganta y vómitos.
Cuando haces un tratamiento para curar la polio el objetivo es
controlar los síntomas mientras la infección sigue su curso, ya que todavía no
hay ningún tratamiento para ello.
La polio te puede producir algunas complicaciones como por
ejemplo: neumonía por respiración, cor pulmonale (que es un tipo de
insuficiencia cardíaca que se encuentra del lado derecho del aparato
circulatorio), falta de movimiento, problemas pulmonares, miocarditis, parálisis
muscular, un shock o un edema pulmonar.
La vacuna contra la polio previene de
manera efectiva la poliomielitis en la mayoría de las personas (la
efectividad es superior al 90%).
No hay comentarios:
Publicar un comentario